Los amantes del buen comer, pueden encontrar una gran variedad de oferta en nuestra rica gastronomía: desde los caprichos más exóticos a los platos más sencillos; desde lo más alejado del repertorio de sabores tradicionales de la tierra, a platos que tienen clavadas sus raíces en lo más profundo del recetario autóctono. Todo lo que imagines y más sobre los manteles de los restaurantes del municipio de Alcúdia.
Una riqueza gastronómica que no es fruto de la casualidad, sino que es el resultado del esfuerzo que llevan realizando año tras año los expertos restauradores de la localidad, que siempre han apostado por la calidad de los productos de la tierra y de la propia bahía de Alcúdia en su amplia variedad de oferta: excelentes cosechas de vinos de la tierra, el pescado más fresco a diario, carnes selectas importadas, productos de mercado de temporada…
Así, en Alcúdia encontrará restaurantes de probada calidad donde la cocina mallorquina está ampliamente representada, así como también la cocina internacional y de autor con los acentos particulares de cada país. Pero sobre todo está presente la cocina marinera, pues llena los platos de los restaurantes de productos frescos del mar llegados de la Bahía de Alcúdia a diario; la bendición cotidiana de vivir aquí.
Desde tiempos inmemoriales cada pueblo de Mallorca tenía su mercado semanal, en el que intercambiaban todo tipo de bienes de consumo. El día de la semana escogido, los agricultores, ganaderos y artesano de la zona se congregaban en el centro del pueblo para ofrecer sus productos a los habitantes. Estas citas de carácter comercial eran al mismo tiempo todo un acontecimiento social, ya que servían de punto de reunión y esparcimiento para los vecinos.
Hoy en día, esta tradición ancestral sobrevive en muchos municipios de la isla, que sieguen celebrando sus mercados un día a la semana. Ese día, se cortan al tráfico varias calles del centro y se engalanan con coloridos puestos de venta de frutas y verduras, embutidos, ropa, artículos de piel, artesanías, menaje, objetos de decoración, herramientas, útiles de cocina, complementos…. En estas ocasiones los agricultores, ganaderos, artesanos y artistas nos venden en persona su mercancía, lo que nos da acceso a productos de kilómetro cero a precios que suelen ser más que razonables, además de construir una experiencia de consumo más humana y directa.